
¿CÓMO ESTIMULAR EL HABLA DE MI BEBE?
Esta pregunta es una de las más frecuentes entre las madres. Y aunque no existen recetas ni fórmulas infalibles, son muchas las cosas que los padres podemos y debemos hacer, para ayudar a nuestros hijos a lograr exitosamente un óptimo desarrollo lingüístico.

La clave para ayudarlo está en permanecer atento y dispuesto a dialogar con él, respetando ciertas normas que facilitarán el proceso de enseñanza aprendizaje. Nadie podría ser mejor maestro para tu bebe que tú mismo. Tu voz, tu cariño y esa estrecha relación que les cobija, son las mejores herramientas para lograr cualquier meta.
Desde los primeros días notarás como tu bebé se mostrará fascinado por tu rostro y tu voz. Especialmente por esa voz tan familiar que ha venido escuchando desde que tenía cinco meses dentro de ti. Una voz que ahora tiene rostro.
Por ello, cuando quieras comunicarte con él, no olvides mirarle a la cara directamente y hablarle con voz suave y pausada. Eso le permitirá comenzar a entender tus expresiones, estados anímicos y, de igual manera, estarás dándole los patrones que deberá imitar en un futuro para lograr hablar.
Otro dato importante, es aprender a captar lo que él nos expresa a través de sus expresiones faciales, y hacerle saber que le entendemos. Por ejemplo, si él se muestra alegre y vigoroso, tu conversación debe tener un tono similar. Si por el contrario, él está cansado, tu voz y palabras deberían ser calmadas y lentas. Así le estarás enseñando que él puede hacerte conocer sus sentimientos.
Tan pronto como tu bebé comience a vocalizar y balbucear, respóndele imitando sus sonidos, usando un tono similar al de él. Demuéstrale tu alegría por su intento de hablar y continua la conversación para estimularle a seguir. Invítalo a continuar, haciéndole ver que esperas una respuesta. Haz pausas cuando veas que él hace el intento por hablar.
Otra manera sencilla y muy divertida de estimularle, es a través de la lectura de libros de dibujos o imágenes, para que apunte objetos familiares que tu le vas pidiendo. Y si aún es muy pequeño para reconocerlos, puedes darle las respuestas. Por ejemplo, le preguntas ¿Dónde está el libro?. Haces una pausa y respondes: "aquí está el libro".
Seguramente muchas de estas cosas ya las has hecho casi por intuición. Y es cierto. Las madres venimos equipadas con una especie de instructivo o manual interno, que nos guía para actuar eficientemente en la estimulación de nuestros bebés.
Por ello, no olvides que lo más importante a la hora de enseñar a nuestros hijos, es la espontaneidad. No conviertas esos ratos de placer en una especie de clases de lenguaje. Déjate llevar por tu instinto y ese inmenso amor que sientes, y todo fluirá de manera genial.
Sin embargo, no deseo que mal interpretes ese don y caigas en una actitud conformista. Esmérate por leer y aprender cada día más con relación al desarrollo lingüístico esperado
para cada edad. Sólo así sabrás si tu y tu hijo van por buen camino o si, por el contrario, es necesario buscar asesoría de personas más capacitadas.