

LA FRUSTRACIÓN, nuestro mejor mecanismo de ajuste y restructura
La frustración es una emoción que puede ser definida como ”un sentimiento desagradable que se experimenta al no alcanzar un objetivo en el que una persona deposita previamente todos sus esfuerzos físicos, psíquicos, actitudes, aptitudes y tiempo, con el fin de lograrlo.”
Cómo ya vimos la frustración tiene un propósito muy importante, y es la de hacernos sentir que tenemos algo distinto a lo que queremos y esa sensación es precisamente para ir en busca de aquello que realmente nos interesa, por ello revisemos las siguientes técnicas que nos ayudarán a enseñar a nuestros hijos esa tolerancia necesaria a la sensación de frustración y que por supuesto podemos escalar a nuestra vida.

Técnicas para enseñar a los pequeños a ser pacientes
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Sé el modelo de las y los pequeños. Que vean cómo afrontas problemas y dificultades cotidianas.
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Enséñales a identificar las emociones, a reconocer qué sienten y a ponerles nombre: etiquetar la emoción que están sintiendo, aprender a identificarla y reconocerla. Esto les ayudará a conocer mejor su mundo interno y a gestionar mejor sus emociones.
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No les digas que sí a todo lo que te pidan ni les resuelvas los problemas que pueden aprender a resolver solos. Por un lado, enséñales a esforzarse para conseguir aquello que quieren y a afrontar las dificultades sin abandonar; por el otro, enséñales cuándo tienen que asumir un “no”.
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Dales las herramientas necesarias para gestionar estos momentos. Acompáñalos emocionalmente cuando estén enfadados y ayúdalos a relajarse cuando el momento de tensión ya haya pasado.
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No cedas. Una vez hayas marcado un límite, no cedas. Enséñales que, a veces, la respuesta es “no”. Ayúdalos a gestionar el enfado y frustración que sentirán.
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Márcales objetivos. Hay que enseñar a los niños y niñas a tolerar la frustración, marcándoles objetivos realistas y razonables, pero sin exigirles que se enfrenten a situaciones que, por su edad o madurez, sean incapaces de superar.
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Enseñarles a ser perseverantes. La perseverancia es esencial para superar situaciones adversas. Si el o la niña aprende que con la constancia puede solucionar muchos de sus problemas, sabrá controlar la frustración en diversas ocasiones.
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Enseñar al niño o niña cuando tiene que pedir ayuda. A algunos niños se les dificulta pedir ayuda, mientras que otros la piden de una manera constante e inmediata. Hay que enseñarles a encontrar una solución.
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Modifica la tarea. Enséñales formas alternativas de lograr sus objetivos.
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Convierte la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para aprender cosas nuevas. Cuando haya pasado la dificultad, habla y rescata las cosas que lo han ayudado a afrontarlo y las que no. De este modo, podrá afrontar el problema por sí mismo/a cuando éste se le vuelva a presentar.

Consejos prácticos para trabajar en nosotros
Seguramente, muchas de las situaciones a las cuales nos enfrentamos día a día tienen una recompensa demorada, por la que valga la pena continuar avanzando, por lo que estas son unas buenas recomendaciones para trabajar en este sentido:
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No buscar la perfección (ésta no existe).
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Promover la autoestima saludable e intentar evitar presiones excesivas.
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Procurar ser positivos con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
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Reconocer nuestros errores, para avanzar y afrontar mejor aquello que se nos presente.
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Tener planes extra en la vida, sin pensar que todo nos tiene que salir bien al primer intento.
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Preguntarnos: esto que estoy haciendo ¿me acerca o me aleja unos pasos de mi objetivo?
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Identificar si estamos actuando al servicio de la emoción o al de nuestras metas, fortalece las habilidades de tolerancia a la frustración.
Permite que la frustración sea tu detonante para recalcular y restructurarte.
¡¡Tu salud EMOCIONAL, es tan importante como tu salud física, no la descuides!!